Un estudio realizado por la Asociación Brasileña de Semillas y Plantas (Abrasem) y la consultora Celeres Ambiental, demostró que los cultivos con semillas genéticamente modificadas (OGM), aprobados por el gobierno de Brasil, permitirán un ahorro de 134 millones de litros de agua en el periodo 2010 a 2020.

La agricultura es la actividad que demanda el mayor consumo de agua en el mundo, con un 71%. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para el año 2030 el 80% de toda el agua dulce será destinada para la producción agrícola.

Según el World Resources Institute, el agua que se necesita para producir una sola manzana es de 70 litros; para un kilo de maíz 900 litros, para un kilo de carne de vacuno industrial 15 mil 500 litros y para producir unos pantalones vaqueros 10 mil 850 litros. La biotecnología agrícola contribuye al uso sustentable de este recurso a través del desarrollo de variedades de cultivos transgénicos resistentes a la sequía o con los actuales cultivos cuyas características, como la resistencia a insectos y la tolerancia a herbicidas, preservan recursos como el agua y el suelo. La cantidad de agua que se prevé ahorrar, es equivalente al agua que se necesita para abastecer a las ciudades brasileñas de Recife y Porto Alegre durante un año.

Además, en Brasil también se investiga en el desarrollo de caña de azúcar, soya y trigo genéticamente modificados que tengan características que les permitan resistencia al estrés hídrico.

Según el último informe conjunto del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 800 millones de personas en todo el mundo carecen de acceso a agua potable. La aplicación de la tecnología en las distintas actividades es una manera de ayudar a racionalizar y distribuir este recurso.

Según una encuesta realizada por el Grupo de Recursos Hídricos, la agricultura es responsable de aproximadamente el 71% del consumo de agua en todo el planeta (el equivalente de 3.1 millones de metros cúbicos).

Por lo tanto, se invierte mucho en la mejora de las técnicas agrícolas para preservar el agua, el entorno y los ecosistemas. De acuerdo con el estudio, sin la tecnología para aumentar la eficiencia del uso del agua en el campo, en el 2030 el sector agrícola será responsable del consumo de 4.5 millones de metros cúbicos de agua.

Si a esto se le suma el uso industrial y doméstico, el total será de 7 mil millones de metros cúbicos, aproximadamente. Los resultados demuestran que la biotecnología agrícola aporta beneficios significativos para un uso más racional y responsable del agua, lo que permitirá ofrecer un mejor futuro a las próximas generaciones.

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