La utilización de un lato nivel de tecnología aplicada a los principales cultivos del sector agrícola argentino cayó 35% entre 2010 y 2015, en las que sin embargo se alcanzaron cosechas récord que, de acuerdo a la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, fueron consecuencia del buen clima acontecido en ésos años.“Si el empleo de un alto nivel de tecnología se hubiera mantenido en el orden del 50% de la producción de cereales y oleaginosas, estaríamos hablando seguramente de cosechas más grandes que las obtenidas ¿cuánto? Difícil saberlo, pero lo que sí es seguro es que el buen clima ayudó a esconder el deterioro tecnológico”, explicó a Télam, el jefe de Estimaciones y Proyecciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales porteña, Esteban Copati.Es que si bien la producción agrícola pasó de 100,9 millones de toneladas en la campaña 2010/2011 a 116 millones en la 2014/2015, lo que significó un crecimiento de 15%, el empleo de un alto nivel de tecnología en el agro cayó de 46% a 30% en el mismo período, o sea un 35%, al tiempo que el uso de métodos tecnológicos de bajo rango se duplicó pasando de 8% a 16% de los cultivos evaluados.El Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada 2014/15, presentado este mediodía en la sede de la Bolsa de Cereales, analizó la evolución y el nivel de tecnología empleado en la soja, el trigo, el maíz, el girasol, la cebada y el sorgo.De acuerdo al análisis, el deterioro en el empleo de la tecnología aplicada al agro responde al incremento que los productores sufrieron en los costos de los insumos para cada campaña, que en el caso del trigo, hizo que para mantener un alto nivel de métodos tecnológicos se requieran emplear el doble de producto.En el caso del maíz, esa relación fue de 20% más de producto de una campaña a otra para sostener un alto rango de tecnología; para la soja se mantuvo igual, y sólo mejoró para el caso del girasol, en un 10%.Esto hizo que el girasol fuera el único cultivo de los seis analizados, donde el uso de un alto nivel de tecnología creció de 33% a 40%, en tanto que en la cebada se registró la caída más fuerte: de 69% a 35%,En el caso del sorgo se dio el incremento más alto en el empleo de un bajo nivel de tecnología, de 15% a 69%, multiplicándose por más de cuatro veces en las últimas cinco campañas.La elección de usar un nivel más alto o más bajo de tecnología se refleja en el empleo de siembra directa o no; de herbicidas, de fertilizantes y de insecticidas.El uso de un nivel alto de tecnología significa mayor empleo de siembra directa y de fertilizantes, pero menor de herbicidas e insecticidas.La práctica de siembra directa continuó en baja en los últimos años, pasando de uso de 94% a 90 en la producción de estos cultivos.

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