Con una fuerte reducción en la intención de siembra se dio inicio a la implantación de los primeros lotes de trigo en la provincia, indica el reporte del Sistema de Información de Bolsa de Cereales de Entre Ríos, donde señala que esta campaña se presenta como una «gran incógnita y un desafío que se asemeja a una ruleta para los agricultores».
 
En los últimos años los productores que tomaron la decisión de sembrar el cereal tuvieron que ir afrontando una serie de adversidades, de las cuales seguramente la más importante fue el problema de la comercialización y la quita de rentabilidad generada por las retenciones. El SIBER remarca que «se pueden hacer todos los esfuerzos humanos y técnicos para lograr buenos rendimientos respetando el ambiente, pero si al final de la trilla es imposible de vender, lo necesario para obtener el dinero para vivir, el trabajo se torna inútil».
 
A este escenario se le suma la caída en la cotización del trigo, que al día de la fecha ha sido la gota que rebalsó el vaso. «Se pueden obtener tantos costos de producción como productores trigueros hay en la provincia, pero es unánime la coincidencia de que utilizando desde un paquete tecnológico bajo al más alto, el rendimiento que deberán sacar para salvar los gastos directos, supera ampliamente al rinde promedio de Entre Ríos en los últimos años».
 
Para el SIBER, la falta de rentabilidad en la producción de trigo genera endeudamiento, el cual es soportado por las empresas del sector, situación que cada vez se torna más difícil de sostener. En tanto, otro punto clave enunciado en el informe es el retraso en la negociación de los contratos de arrendamiento, ya que aún se está negociando si el precio se pagará en quintales fijos de soja o en porcentaje. Los montos van desde el 20% al 25% y los quintales para la zona norte se estarían ubicando en 5 qq/ha y para la zona sur 8 qq/ha de soja.
 
Además se suma la incertidumbre del mercado a futuro asociado a un escenario político cambiante; debido a que la implantación se realizará con un gobierno y la cosecha con otro. «Las expectativas están centradas en que a futuro se normalicen las exportaciones, se eliminen las retenciones y los ROE verdes» indica.
 
Por último, el SIBER informa que, hasta el momento, los modelos climáticos están orientados hacia un año evento «NIÑO», lo que estaría indicando que existe mayor probabilidad que para la época de floración del trigo se generen precipitaciones por encima de lo normal, con el consecuente riesgo de que aparezcan enfermedades foliares, que pueden ser prevenidas con fungicidas (aumentando aún más los costos) y otras como el “Fusarium” que no tiene tratamiento posible.
 
El SIBER sostiene que muchos Colaboradores coinciden en que «es más conveniente dejar de sembrar trigo y destinar las hectáreas a maíz, porque el escenario climático es más favorable que para el trigo, aunque también este cultivo está padeciendo una caída en el precio».
 
Los productores entrerrianos se encuentran en la incertidumbre a pocos días de tomar la opción de largarse a sembrar u optar por apostar a los cultivos de verano. Frente a este panorama lleno de dificultades, sea cual sea la decisión final, podemos estar seguros que para ser agricultor en nuestra provincia hace falta un gran coraje y un corazón cargado de esperanzas para continuar en el ruedo.

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