La superficie sembrada con trigo en el sudoeste bonaerense caería un 16% en la presente campaña, informó hoy la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca (BCBB).

«Un esquema de comercialización de trigo sin cambio alguno, con exportaciones limitadas y cuotificadas, la continuidad de distorsiones en materia de precios con claros castigos hacia el productor y serias limitaciones financieras, erosionan márgenes de rentabilidad e incentivos de siembra», dijo la entidad.

Por su parte, el avance en la cobertura de cebada, del orden del 11%, limita el retroceso en el área total de fina. 

«Si bien los precios de la nueva cosecha, tanto para la calidad forrajera como cervecera, no son de lo más atractivos, el productor encuentra en este cultivo la capacidad de venta cuando él lo dispone y la posibilidad de obtener la liquidez que el trigo hoy por hoy no le permite», analizó la BCBB.

En conjunto, el área total de fina experimentaría una retracción del 7%. Más allá del avance de la cebada, «un porcentaje del área se destina a ganadería y otro pasará a cultivos de verano», dijo la entidad, aclarando que la migración se dará «sólo en aquellos partidos con potencial para estas producciones».

Según el trabajo, el retroceso del trigo se da a pesar de que la zona cuenta con «suelos en óptimas condiciones de humedad».

De este modo, la superficie total de fina sería de  940.000 ha, de las cuales el trigo cubriría el 62% mientras que el resto correspondería a cebada.

Datos que asustan

Entre las conclusiones, la BCBB destacó que ante la falta de rentabilidad del trigo «uno de los factores de ajuste es el paquete tecnológico a aplicar en la nueva siembra». 

Al respecto, aseguró que «la fertilización estaría ausente, la relación insumo-producto lo hace imposible. Pero, el suelo y la sustentabilidad del mismo pasarán su factura. Rendimientos y calidades harán lo propio».

Además, sostuvo que los rindes de indiferencia se ubicarán «muy por encima de los históricos». En ese sentido, destacó que sobre campo propio, cubrir costos directos y de comercialización exige 2.500 kg/ha. En planteos sobre campo alquilado se exige un desempeño productivo que excede los 3.000 kg/ha.

En tanto, advirtió que que «el adverso contexto» que enfrenta la producción triguera desde 2006 «exige cada vez mayores economías de escala y deriva en un número creciente de productores que quedan fuera del círculo productivo». Por eso, aseveró que «el pequeño productor está fuera de juego» y el mediano «transita igual camino» con un «grave impacto social en los pueblos de la región».

Finalmente, la BCBB evaluó que los productores que siembran trigo lo hacen «con la expectativa de mejoras en las condiciones de comercialización y de mercado».
 «Variables tales como: ROEs, Derechos de Exportación y Tipo de Cambio rondan en la cabeza del productor al momento de decidir el planteo de la nueva campaña. La expectativa de correcciones en dichas variables con la nueva gestión de gobierno limita una mayor merma en la superficie triguera», concluyó.

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