Las últimas precipitaciones que se produjeron en la zona núcleo, donde en algunos casos superaron los 300 mm en apenas 72 horas podrían atrasar la siembra de granos gruesos de la próxima campaña.

Infocampo dialogó con Juan Pablo Ioele, técnico del Inta Corral de Bustos y aseguró que «las últimas intensas precipitaciones caídas sobre gran parte de la zona núcleo, comienzan a generar un ambiente complicado de cara a la implantación de gruesa y al presente de los cultivos invernales que hoy están desarrollándose».

En este sentido, el especialista señaló que «ya que estos excesos hídricos produjeron anegamientos y elevación de las napas en las mayoría de las zonas bajas o cercanas a vías de escurrimiento, incrementando su perjuicio directo donde hay implantados cultivos, verdeos o pasturas».

A la hora de comentar sobre como se vienen desarrollando los cultivos invernales, Ioele señaló que «los cultivos invernales transitaban un buen inicio de ciclo, copiando el buen perfil de humedad que presentaban los lotes, pero estas últimas lluvias fueron excesivas para las necesidades actuales de las mayoría de los ambientes donde estaban estos cultivos».

«Obviamente vamos a encontrarnos con situaciones donde hay lotes que no se vieron perjudicados en lo más mínimo, como los ubicados en zonas altas donde las precipitaciones fueron de alrededor de 50 mm, hasta situaciones donde hay lotes que se encuentran hoy bajo agua como es el caso de algunos trigos sembrados en zonas bajas y donde además recibieron más de 100 mm entre las dos lluvias de inicio de agosto», agregó.

Ante esta situación compleja, y el posible atraso de la siembra en la zona núcleo, Ioele explicó que «el panorama en lo que respecta a saber cuál es el impacto final de estos últimos episodios climáticos es amplio, y el abanico de perjuicio sobre cada lote dependerá de cual es su condición frente a los excesos hídricos, haciendo hincapié en chequear a qué profundidad quedó nuestro perfil sin estar saturado, a su vez también condicionará su estado la velocidad de escurrimiento de esa zona, dependiendo de cuánto tiempo tardará en irse el agua del lote».

Y continuó: «También será necesario, además presupuestar un porcentaje de lavado de nitrógeno que posiblemente escape del alcance del sistema radicular y por último la aparición de potenciales enfermedades».

A un mes de comenzar la siembra de maíz en la zona, estas precipitaciones pueden afectar y atrasar las labores de siembra. Por caso, Ioele subrayó que «en menos de un mes comienza la siembra de maíz en la zona, y este condicionante climático nos obliga a pensar en diferentes planes de acción en función de que ambiente productivo tenemos. Por eso recomendamos diagnosticar cual es el estado respecto del riesgo de padecer problemas con el agua y como puede evolucionar durante el período de siembra, definición de rendimiento y posterior recolección. Este diagnóstico sirve para diversificar o replantear cultivos asignados a los lotes, fechas de siembra y ciclos tanto para maíz como para soja en la presupuestación de esta campaña».

Por último, el técnico del Inta de Corral de Bustos aseveró que «hoy los pronósticos marcan la posibilidad de volver a tener otro año lluvioso, con lo cual es bueno evaluar todos estos condicionantes tanto como profundidad de la napa y piso actual, ya que son los indicadores que tenemos para organizar nuestro plan de producción y ajustar las expectativas».

Por Alejandro Besana, Semanario Infocampo

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