Jorge Solís lleva la agricultura en sus venas. En Costa Rica, su familia se dedicaba al tambo y las producciones agrícolas tropicales como el café. Estudió agronomía en la Universidad de su país y luego de un paso por Delta Pine, abocado a la producción de semilla de algodón, desembarcó como técnico en Makhteshim Agan (Magan), la compañía israelí de defensivos agrícolas, que hace unos años fuera adquirida por ChemChina, una de las firmas más poderosas del país asiático en materia de agroquímicos.

Hoy Jorge es el gerente general de Adama (resultado de compra de Magan por ChemChina) en la Argentina, compañía cuyo lema es “Simply, Growth, Together”. «Creemos en una agricultura simple, que fluya y que haga que todos en el campo crezcan, el productor y toda la cadena», señala Solís en un diálogo con Infocampo que se dio en el marco del XXIII Congreso de Aapresid.

El objetivo de la compañía en la Argentina es sencillamente seguir aumentando su participación en el mercado. En el marco del congreso presentó un trabajo financiado por la compañía y llevado adelante por el Programa de Agronegocios y Alimentos de la Fabua, sobre el costo que le está generando a la agricultura de nuestro país la resistencia de las malezas a los herbicidas.

Adama lanzó una plataforma digital denominada Maleza Cero, donde centraliza información para el abordaje de esta problemática. Pero a nivel del negocio, Adama tiene que competir con otras compañías que, además del abordaje químico, buscan posicionarse con soluciones biotecnológicas, como las sojas resistentes a dicamba, HPPD, 2-4D, etcétera.

«Nos alegra que otras compañías también estén buscando nuevas soluciones para los agricultores. Pero la realidad es que no hay una ‘bala de plata’ para el problema de las malezas, es decir que no hay una única solución para todo», asegura Solís. «En biología sabemos que cuando realizamos un manejo determinado estamos alterando muchos otros factores, y de ahí la imposibilidad de pensar que hay una solución única para todo el problema», reflexiona.

Solís asegura que no son una compañía de defensivos agrícolas sino una empresa que busca llevar soluciones holísticas a los agricultores, aunque el producto final del proceso sea una fitosanitario. También señala que aunque la ex Magan se presentaba como una compañía que elaboraba productos fuera de patente, hoy el 30% de la facturación de Adama proviene de moléculas desarrolladas por ellos mismos.

«No es muy distinto de lo que pasa con las compañías líderes del negocio, para las cuales entre el 70 y el 80% de las ventas provienen de productos que no están alcanzados por patentes. Nosotros estamos en porcentaje similar y seguimos trabajando fuerte para desarrollar nuevas moléculas. Por eso digo que hoy es muy difícil hablar de compañías de productos bajo patentes y de compañías de genéricos», opina el CEO local de Adama.

Otro tema abordado fue la adquisición de la ex Magan por parte de ChemChina. «Por una parte significó un importante aporte de capital de inversión,lo que nos permitió abrir nuevos centros de investigación. Hoy estamos trabajando en nuevas moléculas y mejores formulaciones. Pero, por otra parte, lo de ChemChina fue muy importante para entrar en el mercado chino y aumentar la escala global de Adama», señala.

Un reciente comunicado de la firma, fechado en Tel Aviv, señala que Adama está negociando la adquisición de la firma china de protección de cultivos Hubei Sanonda, como parte de la estrategia de posicionamiento en el país asiático.

Solís también adelantó que se están estudiando inversiones en la Argentina, relacionadas a la formulación local de los productos fitosanitarios, a partir de las materias primas elaboradas en Israel y otras plantas que poseen en el mundo.

La información oficial de Adama es que su facturación global alcanzó en 2014 a u$s3.200 millones, con presencia comercial en más de 120 países. «Llevando simplicidad a la agricultura» es el lema con el que la reformulada empresa busca ganar espacio en un mercado crecientemente competitivo, liderado por las gigantes estadounidenses y europeas.

Impactan

Los técnicos de la Fauba, Sebastián Senesi, Iván Ordóñez, Luis Mogni y Hernán Palau, realizaron un trabajo de cuantificación de las pérdidas por malezas resistentes, que para las condiciones de la campaña 2014/15 iría de u$s1.000 a 8.800 millones, según el grado de infestación del área sojera. Según los expertos, con el 50% de infestación se perderían 10 Mt de soja por valor de unos 5.000 millones de dólares.

El trabajo, además, estima un costo promedio del control de estas malezas en el orden de los 65 dólares por hectárea, que se agregan a los 143 dólares que el productor gasta en defensivos agrícolas durante el ciclo del cultivo de la soja. El trabajo fue financiado por Adama.

Por Javier Preciado Patiño, Semanario Infocampo

También podés ver la entrevista exlusiva al CEO de Adama en Infocampo Tv Online

Ir al contenido original en: infocampo.com.ar

Leer más