Ante un año Niño como se viene previendo, las enfermedades de fin de ciclo en el cultivo de soja pueden causar grandes problemas. En el marco de una jornada realizada por DuPont en Rosario, Marcelo Carmona, fitopatologo de la Fauba, expuso un análisis sobre lo que se prevé para esta campaña gruesa.

En primer lugar, el asesor de la Fauba indicó que «en está campaña el Niño está presente y ahora aumentará con mayor crudeza, posiblemente en diciembre se intensifique y durante los primeros meses del 2016″. En está línea, Carmona aseveró que «todos los pronósticos anuncian Año Niño, generando un escenario de mayor probabilidad de ataque de enfermedades. Por ello será necesario fortalecer la prevención e integrar todas las medidas disponibles sumando innovaciones a las ya existentes» afirmo el especialista.

En este caso, lo que traerá este tipo de climas, según alertó el técnico es una mayor productividad de los cultivos, y a su vez un mayor daño de insectos, malezas y enfermedades, con una mayor variabilidad.

Por caso, el técnico de la Fauba expresó que «las lluvias intensas y sorpresivas podrían lavar a los fungicidas, lo que será necesario analizar el momento de aplicación y sus lluvias posteriores». Carmona añadió que «hay que utilizar mezclas que contengan moleculas de acción preventiva».

«Es una campaña donde el riesgo es alto y es posible una mayor presencia de enfermedades de fin de ciclo», expresó. Además, el técnico de la Fauba, subrayó que «las enfermedades de fin de ciclo es debido al Año Niño, ya que es una relación directa».

Algunas de las enfermedades típicas que pueden aparecer y son denominadas EFC (enfermedades de fin de ciclo), son mancha marrón y tizón de la hoja. «Si las lluvias comienzan en el estadio de R3 se puede comenzar a predecir la severidad de los ataques», expresó Carmona.

El rol de los fosfitos

Los fosfitos son inductores y estimuladores para las plantas que puedan crecer rápida y vigorosamente y expresar todo su potencial. En este sentido, Carmona añadió que «lo que logran es fortalecer el desarrollo de la planta, y los inductores aumentan los mecanismos de defensa de la planta». Además, el especialista explicó que «los activadores estimulan esa defensa y hay una activación del genoma vegetal».

Por caso, el técnico remarcó que «los caminos para desarrollar y fortalecer a la planta son muy diversos y estos fosfitos son inductores de defensa». En este sentido, Carmona aseveró que «los fosfitos poseen otra gran cualidad que es que no afectan al medio ambiente».

En relación al momento de aplicación de los fosfitos, Carmona aseveró que «aplicar un inductor requiere de conocer los ambientes, y además, los fosfitos son compatibles con otros agroquímicos, lo cual son perfectamente aplicables en el campo». Sin embargo, el fitopatologo, explicó que «aún los productores no lo utilizan mucho porque es algo novedoso y no tienen referencias de ellos».

«Sin duda tiene que haber un cambio de pensamiento productivo y también entender el proceso de las plantas y ayudarlas para que se puedan proteger mejor», recalcó. Igualmente, Carmona aseveró que «no hay que aplicarlos sin antes no haber satisfecho efectivamente la necesidad de fósforo». También, explicó que «tampoco hay que aplicar tardíamente y luego de instalada con severidad la enfermedad porque el efecto es nulo». Por ende, queda claro que se necesita un manejo muy preciso dentro del lote y un monitoreo constante para poder lograr su efectividad.

Por Alejandro Besana, Semanario Infocampo

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