«A medida que nos acercamos al inicio de una nueva campaña continuamos relevando gran incertidumbre sobre el área que será destinada al maíz con destino grano comercial. Si bien la intención de siembra refleja una clara tendencia hacia una menor superficie, aún no se puede precisar la magnitud del recorte. En gran medida esta incertidumbre se debe a la extensa ventana de siembra del cultivo, que se ha prolongado significativamente desde la incorporación de siembras tardías como alternativa de manejo», informó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Por esta razón «se repite en las consultas realizadas a lo largo de todo el territorio nacional. Pese a ello, como resultado del cruzamiento de datos relevados junto con el análisis de datos históricos, la proyección para el nuevo ciclo 2015/16 podría alcanzar una superficie de 2.720.000 hectáreas, cifra que de concretarse permitiría calcular un recorte interanual del -20 % (siembra 14/15: 3,4 MHa). A su vez, es importante destacar que esta proyección podría registrar mayores recortes a medida que transitemos la ventana de siembra», argumentaron desde la BCBA.

Marco económico/productivo

Uno de los principales factores que generan esta disminución del área a sembrar son los elevados rendimientos de indiferencia, calculados a partir de la relación entre el precio de mercado y los costos de producción. Entre los costos más importantes se destacan la compra de insumos, principalmente semillas y fertilizantes; arrendamientos y en particular el valor de los fletes en zonas lejanas a los puertos. Como resultado de ello, los rendimientos de indiferencia en muchas casos se encuentran por sobre los promedios históricos de cada región. Por último, el financiamiento también es una limitante y éste, junto con el resto de las variables, impactan sobre la rentabilidad del cereal y ejercen presión en detrimento de la intención de siembra.

Bajo este contexto, la incorporación del cultivo a la rotación agrícola encuentra mayores restricciones en ambientes que presentan menores rindes potenciales. En consecuencia, desde el punto de vista técnico, se prevé que muchos cuadros de baja aptitud agrícola quedarían sin sembrar o serían destinados a planteos mixtos.

Otro factor que imprime incertidumbre sobre la superficie que ocupará el cultivo de maíz, son los contratos de arrendamientos aún pendientes. Esta demora en la toma de decisiones genera inconvenientes para el comienzo de los barbechos químicos; incrementado su costo y disminuyendo su eficacia. Frente a este panorama recién descripto, muchas zonas podrían volcar gran parte del área a siembras tardías, que a su vez tiene como ventaja encontrar una mayor fertilidad en los suelos debido a un incremento en la mineralización de la materia orgánica ocurrida durante la primavera.

En paralelo a una menor siembra también se sumaría una posible disminución en el nivel tecnológico aplicado, vía variaciones en los esquemas de fertilización y cambio en los materiales de siembra.

Finalmente, la actual proyección de superficie queda sujeta a modificaciones que puedan registrarse sobre la decisión de los productores durante toda la ventana óptima de siembra a nivel nacional. La misma es muy amplia, comenzando en las próximas semanas sobre las regiones del Centro- Norte de Santa Fe y Centro-Este de Entre Ríos, con la incorporación de los primeros cuadros de maíces tempranos, y extendiéndose hasta mediados de enero en el norte del área agrícola.

Clima y condiciones para la siembra futura

Al inicio de la nueva campaña, las reservas hídricas son en general adecuadas. Al presente informe, extensas áreas ubicadas sobre el centro y norte de la región agrícola han logrado recomponer su oferta hídrica gracias a las lluvias acumuladas durante el otoño y la primera parte del invierno. Por otro lado, se espera que las temperaturas se mantengan por sobre la media histórica y que las heladas tardías sean un fenómeno aislado esta primavera.

En paralelo, sectores del Núcleo Norte y la provincia de Bs. As. acumularon gran cantidad de agua durante las últimas semanas, en consecuencia aún se relevan lotes anegados. Este escenario anteriormente descripto podría representar una limitante para la incorporación de los primeros lotes y tendería a desalentar la intención de siembra inicial. Según nuestro informe agroclimático estacional, la llegada del fenómeno del “niño” con mayor fuerza podría modificar el estado actual de los perfiles hídricos en el este del territorio nacional y, en paralelo, podría provocar eventos de caída de granizo.

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