Nuevamente, los muchachos de Monsanto parecen haber primereado en lo que a biotecnología para la resistencia a malezas refiere. En el stand de la compañía en Expoagro hay un gran entusiasmo, y esto porque está casi todo listo para anunciar el lanzamiento de la tecnología Xtend en soja, que le adiciona al germoplasma de la oleaginosa la resistencia a glifosato (en la versión RR2) y al herbicida hormonal dicamba.
La gigantografía que recibe a los visitantes muestra -con datos de la REM de Aapresid- cómo en los últimos años se disparó exponencialmente la aparición de malezas resistentes, no solo al glifosato sino a los graminicidas y otros principios activos, y no solo de a uno por vez sino en forma múltiple, es decir poblaciones capaces de sobrevivir a más de un modo de acción.
Andrés Abello, responsable de Desarrollo Tecnológico para la Protección de Cultivos, relata que se estima en 3,5 millones de hectáreas la superficie afectada en la Argentina por yuyo colorado resistente a herbicidas.
Así las cosas, el apilamiento de resistencia a herbicidas con distinto modo de acción en la soja es una herramienta más que interesante para el combate de las malezas difíciles. Pero ahora, desde que China aprobó la tecnología Xtend a principios de febrero, se abre la posibilidad de que -si la Argentina también lo autoriza- las nuevas sojas estén disponibles ya para la campaña 2016/17.
Abello explica que no se trata solo de una innovación en el germoplasma, sino en un sistema que implica los fitosanitarios y las buenas prácticas de aplicación. Por caso, el dicamba que comercializará Monsanto para aplicar a las sojas Xtend no es una sal amina, sino una sal glicol, de menor volatilidad, e incluye una tecnología denominada vapor grip con ese mismo objetivo.
También está previsto que se utilice un tamaño de gota más grande (para lo cual el aplicador debe utilizar un tipo de boquilla especial), lo que a su vez lleva a que el volumen del caldo ronde los 90 litros por hectárea.
Es que manejar la deriva es otra de las precauciones que habrá que tener con esta tecnología. Para ellos, además de la boquilla que forma una gota más grande, se debe fumigar con viento de entre 5 y 15 km/h, y con una velocidad de la autopropulsada que no supere los 25 km/h. Además, el botalón debe ubicarse no más de 50 cm por encima del canopeol.
También hay recomendaciones respecto del glifosato a utilizar, que tampoco tiene que ser una sal amina, sino el Roundup de tipo potásico, con el mismo fin de reducir la volatilidad.
En cuanto a la ventana de aplicación, va desde la presiembra hasta la primera flor, es decir todo el estado vegetativo. Abello aclara que el sistema Xtend suma con el dicamba el control de malezas de hoja ancha, con lo cual resulta un excelente complemento para los herbicidas residuales convencionales.
La coyuntura comercial
Sin embargo, más allá de que las autoridades regulatorias terminen de liberar el evento esta campaña, la cuestión comercial sigue dando que hablar. En Expoagro eran muchos los comentarios sobre las dudas y problemas surgidos a partir de la comercialización de la soja Intacta, particularmente en esta última campaña cuando se comercializó en la región templada.
La cuestión se ha vuelto a trabar por el rechazo de las organizaciones gremiales de productores a los protocolos privados de la empresa, mientras que el Gobierno quedó entre dos fuegos, de sectores «amigos».
Se decía que tiene que haber una solución de corto plazo, para solucionar el tema Intacta, y otra de largo plazo para todas las tecnologías que vengan, vía la reforma de la ley de semillas.
Al parecer, el Gobierno no estaría de acuerdo en dejar el control del pago o no pago al sector privado y buscaría algún tipo de intervención, posiblemente mediante el empoderamiento del Inase. Al mismo tiempo señalan que «todos tienen que ceder algo», y confían en que el «diálogo» será la herramienta para destrabar la cuestión. Lo cierto es que antes o ahora, el papel del Estado es reclamado para poder llegar a un acuerdo que siente las bases para el desembarco de todas las tecnologías que están listas para incorporarse a la soja.
Por Javier Preciado Patiño, Semanario Infocampo
Ir al contenido original en: infocampo.com.ar