Las malezas son una especie vegetal que crece de forma silvestre en una zona cultivada o controlada por el ser humano. Por regla general, las malezas suelen crecer de forma natural, y además con considerable vigor por tratarse en la mayoría de las ocasiones de especies endémicas muy adaptadas al medio y por tanto con gran facilidad para extenderse.

Rotar cultivos y principios activos son algunas de las premisas que se suelen escuchar a la hora de evitar las malezas. Sin embargo, en las últimas campañas han aparecido nuevamente especies resistentes a los productos de control químico. Yuyo colorado, Rama Negra, Sorgo de Alepo y Chloris, son algunas de ellas que causan pérdidas millonarias y productivas.

En el marco del Congreso de Malezas organizado por Asacim (Asociación Argentina de la Ciencia de Malezas), en la ciudad de Buenos Aires, Sergio Morichetti, Juan Carlos Papa y Diego Ustarroz, formaron parte de un panel donde se trató su manejo y la importancia económica.

En primer lugar, Morichetti, jefe del servicio técnico de AGD, hizo hincapié en Amaranthus, tanto palmeri como quitensis, y aseguró que “esta maleza se ha propagado debido a la falta de control y aplicaciones de glifosato”.

Además, el especialista señaló que “entre sus principales fortalezas, el yuyo colorado tiene la capacidad de producir una gran cantidad de semillas”.

En ensayos realizados en la provincia de Córdoba, Morichetti resaltó que “las muestras que tenemos en 11 parcelas distintas todas tienen algunas semillas de Amaranthus”.

Entre los factores para su propagación están las condiciones climáticas del suelo, la falta de un mayor número de pulverizadoras, sumado a un alto porcentaje de contratistas y la falta de rotaciones de cultivos.

Luego, llegó el turno de Juan Carlos Papa, técnico del Inta Oliveros, y aseguró que “hoy el principal problema es la temática de los arrendamientos porque al alquilar un campo, que en general sucede tarde y se entra al lote con malezas muy avanzadas en su ciclo y ya no hay herbicida que sea capaz de funcionar eficazmente a dosis normales de uso”.

En este sentido, Papa recalcó que “ahí es momento de forzar la tecnología y las cosas empiezan a salir mal”. Hoy en la zona de Santa Fe, Chloris virgata es una problemática muy importante, sobre todo por desconocimiento de los productores. En esta línea, Papa subrayó que “en toda la zona núcleo y haciendo estimaciones puede generar pérdidas que van desde el 30 al 90% y le puede competir directamente a la soja”.

Otro factor clave señalado por el técnico del Inta es la rápida diseminación. “Primero hay que evitar que entre a los lotes donde todavía no esta, porque además hay que acompañarlo de un manejo agronómico como las rotaciones de cultivos, utilización de cultivos de cobertura que ayudan mucho, herbicidas residuales y pos-emergentes”, remarcó Papa.

Leé la nota completa en la edición N°618 del Semanario Infocampo

Por Alejandro Besana

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