La postal de Mar del Plata y otras ciudades balnearias bajo nieve fue una de las notas que dio la semana. Más allá de la imagen, pintoresca a los ojos, no es más que un síntoma de la alternancia de temperaturas, una constante en esta campaña para el sudeste bonaerense.

“Afecta mucho. La lluvia constante en agosto, muchos días nublados y alternancia de temperaturas entre días de calor y heladas, más parecidos a lo que es el norte de Buenos Aires de lo que es el sudeste”, describe el Ing. Julio Almassio, asesor privado en la zona.

En consecuencia, los campos se convierten en víctimas principales de este fenómeno climático poco usual. “Hay mucho cultivo, especialmente alguna variedad de cebada como la Shakira, muy afectada por las heladas. Seguramente se van a recuperar, pero se ven lotes muy amarillos, a pesar de tener nitrógeno”, detalla Almassio,

“Esperábamos heladas, y por eso habíamos suspendido aplicación de herbicidas en algunas cebadas porque se esperaba no afectarlas”, advierte el también productor de las zonas de San Cayetano y Necochea, que hace hincapié en el poco trigo que se sembró en la región, al punto que de cada 10 lotes de cebada hay uno de trigo.

Almassio cuenta que, desde el punto de vista sanitario, la situación está tranquila. Más allá de algún problema de manchas, no se reportaron casos graves. “Es normal en esta época hacer muchas consultas para ver si hay problemas con un hongo, si hay que fumigar, aplicar o no. Falta sol y una temperatura más coherente. Estábamos con 20 grados y ahora estamos con cero grados.”

Sin embargo, aclara que el problema no está en las bajas temperaturas, sino que es una diferencia varietal: “En el caso de la cebada, por ejemplo, las dos variedades más sembradas son Scarlett y Shakira. La primera no tuvo casi ningún daño, y Shakira sí lo tuvo, y en algunos casos muy importante. Siempre hay alguna interacción de residuos de herbicidas. Ha habido usos de herbicidas residuales tipo Fiber o Clearfor, que son los que tienen pH alto, la consistencia es mayor y todo eso te suma”.

Para evitar mayores problemas, Almassio está postergando una de las aplicaciones de herbicida, especialmente los que son primeros selectivos con el cultivo, que se encargan de controlar la avena negra y el raigrás.

“Es una medida a corto plazo, y mientras no haya apuro, porque no hay malezas para aplicar los cultivos que acá todavía están en macollaje. Los más adelantados pueden estar encañados en la cebada, pero las demás ni siquiera están en macollaje”, explica.

En el caso de cultivos que tengan dificultades para recuperarse recomienda usar algún foliar como alternativa para que actúe de anti estresante.

El ganado también padece

Las condiciones climáticas no afectaron sólo a los cultivos, sino también a la hacienda. Almassio cuenta que tuvo varios casos de vacas muertas por hipomagnesemia, una enfermedad que se produce ante la ausencia de magnesio en el animal. “En el rubro ganadero hubo un récord. Es una enfermedad que está relacionada con el ambiente, no solamente con la vaca y la dieta”, agrega.

Uno de los agravantes de la hipomagnesemia es su capacidad de convertirse en epidemia, siendo una de las causas de mortandad de rumiantes más importantes del país. Además, especialistas suelen definirla como una enfermedad silenciosa.

El asesor explica que esto es común en campos donde las vacas pasturan rebrote, están gordas y tienen terneros de un mes y medio. Cuando la vaca se cae, puede salvarse con un magnesio inyectable, aunque debe aplicarse todos los días, dado que no es acumulable.

“Entonces, también el clima afecta al sistema nervioso, esté nublado o haya tormenta, sumado a que la vaca está muy gorda. Todo produce pérdida grave, no sólo en lo económico sino también en lo psicológico. Es pérdida directa”, explica.

Para hacerle frente, Almassio le dio labranzas y minerales magnesiados al ganado, además de evitar que consuman rebrote y que aumenten de peso. Sin embargo, eso no impidió que se reportaran más de una decena de animales muertos.

“Hice eso como todos los años, y se me murieron 11 vacas. La verdad, cuando uno consulta a los especialistas te dicen que no tendría que pasar, pero está pasando. Si no hubiera tomado las medidas preventivas se me hubieran muerto 40”, se resigna.

Por Agustín Monguillot, Semanario Infocampo

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